Están dando manotazos al panal y ya sabemos qué ocurre con las avispas… aunque estamos a mitad de año, muchos políticos locales ya tienen los ojos puestos en el primer domingo de julio de 2012.
Dentro y fuera del ayuntamiento, al interior y exterior de los partidos políticos, agazapados en unos medios de comunicación o en los pasillos de las oficinas de gobierno, sin olvidar los cafés, bares y restaurantes… la carrera por el pastel del poder intensificó su enjundia.
Unos ya son funcionarios públicos, que deberían estar concentrados en su servicio (no se rían); otros ostentan cargo de elección popular, pero gestionan el siguiente hueso; los más, añoran algo, lo que sea: diputación, presidencia, regiduría, dirección, jefatura, dirigencia… chamba.
Chamba, sueldo o poder. O todo junto, ¡bienvenidos! Por ello, comienza la etapa de menos acciones reales, concisas y macizas y más rollos, promesas y bla, bla, bla.
En el avispero alborotado, con las consecuencias conocidas: muchos despistados quedan lastimados y picoteados al pegar la carrera.
Lo lamentable de todo esto es que parece inevitable. Nadie lo para. Ni autoridades superiores ni dirigencias partidistas. Quienes tienen el poder de hacerlo realmente y darles con la puerta en las narices a los grillos, son los ciudadanos.
La única salida para calmar las aguas, parece chiste, es con un cubetazo de agua fría, pa’ que se les baje lo calientitos. Ignorarlos, pues. ¡Que se pongan a trabajar!
Por otra parte, que fácil la encuentran unos: quieren hacer campaña en los medios. En lugar de trabajar en sus espacios, salen a hacer declaraciones tronantes y muy babosas, la verdad. Deberían pensar antes de hablar. El respeto y la admiración de la gente no se ganan con verborrea.
¡En fin! Estoy escribiendo sólo con una mano, por un pequeño accidente vespertino, así que hoy así la dejamos. No alboroten el avispero. No aún.
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Siempre he pensado que los políticos, son el mal social favorito. En todos lados, la opinión de ellos es la misma. No olvidemos que su extracción es de la misma sociedad, indistintamente de su filiación. Así que ellos y su actitud, son en mayor o menor medida, directamente proporcional a la actitud social, son el espejo se la sociedad a la cual le deben su puesto y sus sueldazos.
ResponderBorrarAhora bien, por otro lado, creo que deben de parar de justificar y presumir sus obras, ya que no es otra cosa que su obligación. ¿De cuando acá los empleados de cualquier clase, van y presumen que están haciendo su trabajo? Nada, es su obligación. Es cumplir con lo que te encomendaron y por lo cual te paga, no es ningún favor. Conciencia y educación, en este extraordinario país, nos haría un bien estupendo.