Como muchos mexicanos, yo también tenía un Jetta… ¡en la cabeza! Y el día que se presentó la oportunidad, me embarqué con uno. A partir de entonces comencé a ver Jettas por todos lados: negros, rojos, blancos… Me ha ocurrido lo mismo con otras compras de mi interés y ahí está el detalle: el interés.
Ahora que debo usar un bastón por razones de salud –de lo contrario arriesgo a darme un sopetón en plena calle- me doy cuenta de la gran cantidad de gente que lo utiliza para desplazarse. Personas ancianas, jóvenes, de cualquier condición económica y social. Y muchas otras utilizan andadores y sillas de ruedas. ¿Una obviedad? Si, lo admito. Pero, antes no lo veía igual porque no me afectaba.
Pero también me he dado cuenta de la condición que guardan las banquetas de nuestra ciudad. Están fracturadas, desniveladas y en algunos casos, representan un verdadero peligro para el transeúnte con discapacidad.
Y pienso en las banquetas del Centro Histórico. De las ubicadas en Lomas del Valle, Paseos de la Montaña, Colinas de San Javier, La Luz y El Calvario, ya ni hablar. Son una suerte de montaña rusa, donde se necesita hasta un casco, coderas y rodilleras para superar la aventura sin un hueso roto.
Las autoridades municipales de otras administraciones han dispuesto accesos –en contadas esquinas- que podríamos llamar rampas, que ni de lejos cumplen los requisitos. Una persona en silla de ruedas no puede utilizarlas exitosamente. Exactamente frente al edificio del Ayuntamiento fue construida una que topa con un escalón, haciendo imposible el acceso en una silla móvil.
La buena noticia es que la dirección de Tránsito habilitó cajones de estacionamiento para personas con discapacidad. Existe uno a cada lado del templo de la Asunción, más otro justo enfrente de la callejuela República. Otros espacios están a un lado de la plaza IV Centenario y dos más frente al palacio municipal.
La mala noticia -¡y vaya que lo vemos a diario! Es que los espacios no son respetados por muchos automovilistas. Por ejemplo: esta semana los cajones de la calle Hidalgo, frente al IV Centenario están ocupados por el camión de ¡la dirección de Salud! ¡Hágame usted el favor!
¿Y cómo justifican algunos invadir los espacios para personas con discapacidad? ¡Ah, es que hay muchos! ¡No se necesitan tantos!
Y yo me quedo pensando en el interés… No están interesados en la discapacidad. Al menos hasta que llegue.
Esquina Bancos
No sé ustedes, pero ya estoy bloqueado con la televisión que sólo ve bodas reales, beatificaciones y Bin Laden… ahora, la novedad es Lady Gaga en Guadalajara. Mientras tanto, una señora me pregunta cargando su casi vacía bolsa del mercado: ¿ya vio los precios del kilo de jitomates y aguacates? Si los vi. Y me quedó claro que mi sobrio desayuno seguirá más austero que nunca, sin jitomates y mucho menos unas deliciosas rebanadas de la mantequilla verde. Ahora comeré un huevo revuelto con… otro. Y ya.
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Mientras la tarea de los agentes de transito siga siendo levantar infracciones en lugar de educar a la comunidad, seguira habiendo gente que abuse de su posicion, de sus contactos, de lo que sea, porque los discapacitados no existen hasta que tenemos uno en casa. Y no nos importan hasta que lo sentimos en carne propia.
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