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9 de mayo de 2011

¡Hasta la madre!

En México, la madre es cosa: ¡pásame esa madre!; es cantidad: ¡es un madral! o ¡no hay ni madres!; es estado: ¡ya está muy madreado!; es imposición: ¡porque soy tu madre!; es velocidad: ¡iba a madres!; es agresión: ¡le di en su madre! o ¡te voy a poner una madriza!; es poco valor: ¡no vales madre! y ¡me vale madre!; es volumen: ¡es una madrecilla! o ¿ya viste esa madrezota?; es caos y desorden: ¡que desmadre!; es reclamo: ¡no tienes madre!.

"No tener madre" puede significar literalmente ser huérfano; o en el sentido metafórico, ser despreciable, pobre o desconsiderado.

Es dietética: ¡trágate esa madre!; es escepticismo: ¡no te creo ni madres!; es adjetivo calificativo: ¡que poca madre!; es superlativo: ¡a todisisima madre!; ¡es efecto visual: ¡no se ve ni madre!; es olfato: ¡esto huele a madres!; es sentido del gusto: ¡esto sabe a madres!; es especulación: ¿qué es esa madre?; es alquimista: ¡lo que toca le da en la madre!; es mecánica: ¿cómo funciona esta madre?; es reparación: ¡y que vaya jalando esta madre!; es negativa rotunda:¡ni madres!

Si estamos fastidiados: ¡estamos hasta la madre!; si lo que hacemos no vale la pena: ¡vale madres!; si alguien nos desprecia: ¿no se que madres se cree?; si nos equivocamos o hacemos algo malo: ¡en la madre!; si insultamos: ¡Vete a ch…a tu madre!

Octavio Paz, en Laberinto de la Soledad, dice: “¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana" que festejamos el diez de mayo. La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre”.

El mexicano no ha resuelto su imbricada relación madre-hijo. Culturalmente vive en un matriarcado, pero socialmente responde con el machismo, quizá como venganza o defensa, ante el dominio maternal.

El hijo mexicano no sabe dónde colocar a su madre: o la venera y casi la eleva a los altares o la tacha de ¡P… madre! El problema semántico refleja sus retorcidos sentimientos y su conflicto irresuelto.

Entre broma y veras la madre mexicana actual puede ser: filósofa: ¡así es la vida! ¡te aguantas!; luchadora ruda: ¡si me vuelves a alzar la voz te doy con las chanclas!; nutrióloga despiadada: ¡vamos a comer pescado con verdura hervida, para cuidar la salud!; entrenadora: ¡vas a llegar tarde a la escuela! ¡corre, corre, corre!; animadora: si te comes las verduras, no te pego; negociadora: si te comes el brócoli te perdono las nalgadas; termómetro: hace mucho frío ¡ponte un suéter! Y tres minutos después, ¡Uf, que calor! Abre las ventanas, hijo; síquica: ¡se que mientes!; GPS: encuentra todo lo que escondemos y no queremos que vea; adivina: desde otro cuarto, grita: apaga la computadora, ¡deja de ver porquerías!.

¡Feliz Día de las madres!

2 comentarios:

  1. Anónimo6:07 p.m.

    Está de poca madre!!! es totalmente verdad JAJAJA

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  2. Anónimo9:51 p.m.

    No le entendí ni madres

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