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11 de mayo de 2011

La desigualdad mata

La pobreza es la primera causa de mortalidad en el mundo. El género, el color, la raza, la religión y la economía, son factores que aún determinan en pleno siglo 21 la posibilidad de vida de un ser humano y su duración.

Una gran cantidad de personas muere a causa de las injusticias sociales. Las diferencias entre países y dentro de una misma nación, son motivos y causas por las que miles de personas envejecen prematuramente y finalmente mueren.

En Suecia la probabilidad que una mujer muera durante el embarazo o parto es de una por cada 17 mil 400, mientras en Afganistán es de una por cada ocho.

No son conclusiones mías, sino datos duros de la Organización Mundial de la Salud. La inequidad sanitaria es cuestión de vida o muerte. Un niño nacido en un país de África puede vivir 42 años menos que uno nacido en Japón.

La pobreza es la primera causa de mortalidad en el mundo. Mala nutrición y hambre, ausencia de agua potable y de atención sanitaria y enfermedades como la diarrea y la neumonía, curables con poco dinero, aún acaban con la vida de 20 mil niños menores de 5 años ¡al día! La inmensa mayoría viven en países pobres, también llamados no desarrollados o tercermundistas.

En todo México y en Jalisco, la diabetes mellitus es la causa de muerte número uno. Asociada con la obesidad es una enfermedad crónica que se presenta con mayor frecuencia en el norte del país, donde se registra un mejor nivel económico que en los estados del sur. En estos, la desnutrición y las enfermedades infecciosas son las causas de los fallecimientos.

Ya celebramos a los niños, a las madres, a los enamorados… aún nos falta celebrar a los maestros, a los estudiantes, a los padres, a… ¿quién me faltó?
Gastamos lo que tenemos y hasta lo que no. Unos vacían sus carteras, otros hacen valer el poder de su firma. Bueno, me explican los que saben, la economía del país, de las ciudades se reactiva y los beneficios se socializan.

¿Y la desigualdad?

“Vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a sus riquezas y el señor cura a sus misas”, rezan los versos de La Fiesta, de Joan Manuel Serrat.

Esquina Presidencia

Hay vendedores de flores en Lagos de Moreno que todo el año tienen sus comercios abiertos. Pagan rentas, altas tarifas de electricidad, impuestos, trabajadores, publicidad, licencias municipales. Dan la cara los 365 días del año y si hay reclamos del cliente, ahí están. PROFECO los inspecciona y la dirección de Padrón y Licencias también.

Hay señoras que todos los días, con su cubeta en brazos, nos ofrecen hermosas flores, casa por casa, oficina por oficina. Son ambulantes, pero son del vecindario, de la ciudad.

¿Quién permite que un buen día –como el 10 de mayo- se instalen decenas de puestos golondrinos, que abiertamente hacen competencia desleal a los comerciantes locales? ¿Quién deja que hagan su agosto en perjuicio de aquellos que si están comprometidos con la ciudad? ¿Quién se beneficia? También es inequidad, ¡no nos hagámos!

1 comentario:

  1. Gabriel Guerra7:43 p.m.

    Muy acertado tema. Estas actitudes y prácticaserosionan nuestras costumbres.

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