Esa medida gubernamental, necesaria, protege a los ciudadanos para que el patrimonio arquitectónico sea preservado y sobre todo, no haya abuso de los empresarios y comerciantes y de las mismas autoridades en su uso.
Pero, siempre hay un pero, la aplicación de la medida no es pareja. En el propio Museo Agustín Rivera, sede de la ventanilla regional del INAH, a cargo de Fernando Solana, colocan mantas en el exterior cuando hay una exposición.
Ahora mismo, en el barandal del templo de La Asunción, sabrá Dios (y el párroco) quien colocó una manta publicitaria, anunciando una conferencia (“Coaching para la vida”, del Pbro. Martin Barajas Lima)
Mientras, las autoridades no lo han permitido en lugares como el centro cultural de la Universidad de Guadalajara Casa Serrano, cuando hubo una exposición del artista plástico José Dimitrio Gómez, galardonado, por cierto en el aniversario de Lagos con el Premio Mi Ciudad.
Este lunes (16 de abril) el escultor y pintor laguense José Alfredo Rosales de Santiago tuvo un altercado con un inspector de PLADUE por una manta que colocó afuera de su galería, ubicada en la calle Hidalgo, donde promociona la exposición de los artistas cubanos de la ciudad hermana de Sancti Spiritus. Según la información proporcionada por el artista, el inspector terminó amenazándolo con “madrearlo”.
Una exposición abierta al público el viernes pasado, inaugurada por el alcalde Marco Antonio Gonzalez, auspiciada por la propia autoridad municipal.
Y basta recorrer las calles del centro de la ciudad para notar –sin esfuerzo alguno- como estaa lleno de publicidad fuera la norma que solo representan basura.
Como dice el mismo Alfredo Rosales, mas alla de leyes y reglamentos, hace falta sentido común.
Como dicen: “O todos coludos o todos rabones”
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